Publicación: 10 de Marzo de 2022
Autoría: Diana Carolina Montoya Henao
Valeria Moreno Ochoa
La Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas y la Escuela de formación en artes y comunicaciones, son el sueño que han estado materializando este año las organizaciones de base del Centro Poblado Jaime Pardo Leal Las Colinas, ubicado en San José del Guaviare. Esta será la primera casa cultural y escuela de artes en la ruralidad de la entrada al Amazonas, el Guaviare.
Firmantes de paz y comunidades campesinas han sido quienes se han beneficiado de este proceso, gracias a los esfuerzos de las organizaciones Cooperativa Multiactiva Ecomún Jaime Pardo Leal - COOJAPAL, la Asociación de Mujeres Jaime Pardo Leal - ASOMUJAPAL y la Fundación Raíces de mi Tierra, y por supuesto, de aquellas personas que se han conectado con los propósitos de este proyecto en la comunidad. Este proyecto tiene por objeto aportar al proceso de reincorporación, a la reconciliación y al fortalecimiento del tejido social desde y a través del arte y la cultura impactando no solo el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación - AETCR, sino también a las comunidades que habitan las veredas cercanas, Colinas, El Cristal, Caño Lajas, Mirolindo y a la cabecera del corregimiento El Capricho.
Gracias al apoyo económico del Fondo Multidonante para el Sostenimiento de la Paz (MPTF) se ha podido contar con un capital semilla para poner en marcha tres componentes importantes, los cuales son la adecuación y construcción de la Casa de la Cultura, el desarrollo de una escuela en arte y comunicaciones y la estrategia de comunicaciones y difusión del proceso. Todo esto, con el fin de generar espacios de encuentro y narrativas en torno a la memoria individual y colectiva, a los saberes propios y principios éticos y políticos que emergen desde las comunidades y a la reconciliación con enfoque étnico, de género y ambiente.
En la vereda de las Colinas comenzaron los procesos de formación en teatro, danzas, artes, música y comunicaciones desde Agosto, hasta mediados de Octubre del año pasado (2021). Llegaron más personas de las que se esperaban para iniciar los talleres de formación artística, aproximadamente 100 estudiantes y 40 niños y niñas llegaron cada sábado a dinamizar el territorio por medio del color, el movimiento del cuerpo y la música, gracias a los 5 talleristas que participaron en la escuela y de los cuales es importante destacar que 2 son firmantes de paz, Diomedes como tallerista de artes y Dayanna como tallerista de teatro; lo cual reafirma la disposición de la comunidad de aportar a la construcción de paz, en este caso, desde las artes.
Además, se tiene propuesto realizar réplicas de formación y hacer de la escuela un espacio itinerante para que los espacios artísticos lleguen, sean apropiados y se les de continuidad en las veredas aledañas. De esto ya se logró avanzar en la línea de comunicaciones en donde se han dejado capacidades instaladas de conocimiento básico y técnico de computación, a solicitud de los estudiantes de la escuela. Después del cierre de la escuela cada semana se han hecho encuentros de 4 horas en la biblioteca “La Revolucionaria” para llevar a cabo esta formación, espacio que la semana pasada finalizó y que dio muestra del gran impacto que ha tenido este proceso cultural en la comunidad, de la importancia de llevar a cabo estos procesos culturales que son de novedad para muchos y muchas habitantes de la región y que aportan a sus procesos personales y colectivos.
Uno de los resultados positivos que podemos resaltar del desarrollo de la escuela ha sido la activación del espacio de cuidado, gracias a la unión de fuerzas y de trabajo de las mujeres técnicas de atención a primera infancia que habitan y que trabajan en el AETCR, firmantes de paz y campesinas de las veredas cercanas.
Con este espacio buscamos garantizar la participación activa de los y las estudiantes de la escuela con la colectivización del cuidado de sus hijos e hijas. Así, se generaron espacios de recreación y encuentro, posibilitando el desarrollo de capacidades y el gusto por el arte a los niños y niñas del territorio. Contar con este espacio fomentó además la adquisición de experiencia profesional y crecimiento personal de las mujeres de nuestro territorio, la participación de mujeres en la escuela y la apertura de espacios recreativos a la comunidad.
En alianza con la Universidad Nacional y con la Universidad del Valle se realizó un concurso de diseño arquitectónico que se desarrolló el primer semestre del 2021. El diseño ganador empezó a materializarse la primera semana de octubre del mismo año, dando inicio a la primera fase de construcción en la que están participando maestros del AECTR junto con un equipo de construcción, incluido el Arquitecto residente de obra, que llegaron desde Cali, a reutilizar los materiales de la casa y a complementar la estructura metálica con madera, según el diseño propuesto. El diálogo de saberes de las dos partes ha sido un proceso enriquecedor y de aprendizaje en cuanto a la disposición de materiales, transporte, coordinación de tiempos y planteamiento de soluciones frentes a eventos inesperados de carácter estructural, seguridad laboral, económico y climático.
Como ya se mencionó, la Casa de la Cultura hasta ahora inicia la primera fase y pese a que se ha tenido un alcance positivo a la fecha, la comunidad no cuenta con recursos económicos y materiales para dar continuidad tanto a las siguientes fases de construcción como a la escuela de artes y comunicaciones. La gran apuesta hoy en día, es que se sigan realizando más versiones de la escuela y que esta se siga replicando en cada uno de los rincones del departamento, y que la Casa de la Cultura sea culminada y se convierta en uno de los ejes culturales más importantes de la región representando la oferta cultural rural y promoviendo más espacios físicos artísticos y culturales en las distintas veredas, que en complemento, aporten a la identidad territorial, a la memoria colectiva y a la reconciliación.
Es un reto no solo a nivel local, sino también regional, trabajar en la sostenibilidad de este proceso y por esto, la comunidad Jaime Pardo Leal siempre está y estará abierta para recibir todo tipo de propuestas de conocimiento, de estrategia de recursos, donaciones de todo tipo y establecimiento de articulaciones de carácter académico e institucional a nivel local, regional y nacional, para seguir trabajando en este sueño cultural que para todos y todas, es una de las acciones más enriquecedoras y sanadoras para salir de las dinámicas de conflicto que han tenido que afrontar las comunidades del Guaviare, para construir por la paz territorial.
La vaki abierta la pueden encontrar en el siguiente link y para cualquier asunto relacionado, se pueden comunicar por medio de nuestras redes sociales: https://vaki.co/es/vaki/casaculturalcolinasguaviare
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O al correo de la Cooperativa COOJAPAL: coojapal@gmail.com
Equipo Técnico Proyecto de la Casa de la Cultura Arte y Paz Jacobo Arenas
Diana Carolina Montoya Henao
Valeria Moreno Ochoa
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